RUEGO AL ARZOBISPO

(Piura, 16 marzo 2019)

Luis Gulman Checa

Amparado en la información aparecida en la edición de “El Tiempo” del pasado día miércoles, “Arzobispo propone mesa técnica para la reconstrucción”, humilde y respetuosamente, pido al digno prelado, dada su proclividad a tratar temas ajenos a los relacionados con la vida eterna de sus “ovejas”; abocarse a una acción  más acorde con sus deberes y prerrogativas:

Exorcizar a nuestro gobernador, por cuanto, hasta para un ciego, está claro que el demonio se ha aposentado en su espíritu ante la serie de barbaridades  perpetradas  desde que asumió el cargo.

Los piuranos, reconociendo nuestra inopia y abulia  que nos hacen víctimas de cuanto pícaro opta por clavar sus garras en nuestra tierra - Des colmatación, Repotenciación de la Refinería de Talara y varios etcéteras -, le quedaríamos eternamente agradecidos si, gracias a su intercesión, nos liberara de las garras de César Acuña, auténtico émulo de Satanás, quien, sabe Dios a raíz de qué artilugios, se ha apropiado del espíritu de Servando García.

Esta diabólica posesión se hizo evidente tan luego S. G. asumió el cargo y designó  gerente general y  jefe de la oficina de enlace en Lima, ambos, obvia y claramente, dependientes del referido Acuña. Ante semejantes nombramientos,  si los piuranos, como por arte de magia,  hubiéramos sido imbuidos de un carácter aguerrido y orgulloso, digamos, como los sicilianos o arequipeños, en el término de la distancia, la  fenomenal batahola  generada en todo el departamento, lo habría obligado a rectificarse.

Sin embargo, fieles a nuestro borreguil carácter, permanecimos mansos y sumisos, como si tales designaciones no hubieran equivalido a una fenomenal mentada de madre, patada en la entre pierna y/o feroz cachetada a nuestra condición de piuranos.

Ante la evidente y lamentable desaparición de nuestro medio no solo de piuranos  que se la jugaban por su tierra sino también de instituciones señeras y representativas que  se hacían oír; la única esperanza que nos queda en nuestro Arzobispo,  guía y líder natural de los cientos de miles de piuranos integrantes de sus “ejércitos”, como queda demostrado con cada marcha o peregrinación emprendida  para postrarnos a los pies de nuestros Cristos, Vírgenes, Santos y Cruces.

Ruego a Dios iluminar a nuestro Arzobispo para que, con todas las “armas” disponibles, lleve a cabo esta titánica tarea y nos devuelva la esperanza y la dignidad a los piuranos auténticos.