¿EL PRIMER PODER DEL ESTADO?

(Piura, 15 marzo 2019)

Luis Gulman Checa

Los que tenemos algunos años a cuestas y recordamos la calidad y  nivel de la inmensa mayoría de quienes antaño integraban el Poder Legislativo, devenido en Congreso unicameral;  observamos atónitos la degradación que ha hecho presa del que fuera bien llamado,  Primer Poder del Estado.

Cada día la sordidez infecta más profundamente  lo que bien podemos definir como antro en el que campan  vicios y lacras, al extremo que sería lícito afirmar que es el origen y raíz de la tormenta que está azotando al país, siendo comparable a un cubil, por cuanto, en vez de albergar  seres pensantes, la gran mayoría de sus miembros actúan cual fieras salvajes destrozándose a dentelladas.

Si fuera cierto, como se cacarea cotidianamente, que la tarea prioritaria es luchar, hasta erradicarla, contra la maldita corrupción, planteémonos la siguiente reflexión:

¿Cómo podría ganarse esta guerra si el “Primer Poder del Estado”, el espejo en el que deberíamos reflejarnos, devino en un antro poblado por innumerables delincuentes e impresentables?

Siendo ímproba la tarea que en justicia tiene por delante el Poder Legislativo ante las innumerables reformas que el país requiere y que, obligadamente, tienen que provenir del mismo, contraria e increíblemente, están dilapidando su costosísimo tiempo (pagado por todos los peruanos), en asuntos nimios e intrascendentes para los millones de peruanos asolados por carencias de todo orden. Véanoslos:  

·         Dilucidar si el presidente del Congreso, mandó o no a la M a una congresista.

·         Juzgar a un baboso, por usar el WhatsApp en los tiempos que corren, para coquetear con una, hasta ahora, desconocida.

·         Armar tremendo escándalo, malversando horas de horas  discutiendo qué hacer con otro, quien, ¿guiado por el diablo?, deslizó su mano por zonas pudendas de una dama.

·         Confirmando lo dicho, referido a la abundancia de delincuentes en el citado cubil, acaba de salir a la luz el robo casi generalizado, aprovechando la ¿bendita? semana de representación.

·         La cereza sobre la torta: el grotesco y vergonzoso circo en que devino la serie interminable de renuncias a bancadas, acomodos y reacomodos, y la creación de nuevas bancadas.

En un imaginario referéndum con la única siguiente pregunta:

¿Estaría usted de acuerdo con clausurar el Congreso en el término de la distancia?

No tengo la menor duda que el se impondría por más del 95%.