LAS ENCUESTAS
(Piura, 07 marzo 2019)
Luis Gulman Checa
No son más que otro fruto venenoso producto
de la ¿bendita? modernidad/progreso, consistente en la amenaza/extorsión o,
también, en una espada de Damocles pendiendo sobre la cabeza de aquel cuya
popularidad o aceptación se pone en la balanza cuando lo deciden estos modernos
gurús, auténticos guías, orientadores y manejadores de la opinión pública.
Esta práctica, mirada bajo otro cristal,
podría ser útil para diagnosticar, más que el desempeño de la autoridad puesta
bajo la lupa, la irracionalidad/estupidez de los entrevistados, como, sin duda,
quedaría demostrado si algún estudioso se diera el trabajo de constatar, en el
curso de los últimos años, si hubo o no concordancia entre las opiniones de los
encuestados y el desempeño posterior de las autoridades bajo escrutinio.
Miremos nuestra historia reciente cuando el actual
presidente de la República alcanzó la gloria, según las encuestas, a raíz tanto
de la convocatoria del referéndum como de los resultados que arrojó: el país
enteró festejó por la sabia y oportuna decisión del mandatario de preguntarnos,
en un maravilloso acto de inmaculada democracia, si queríamos o no que los
congresistas fueran reelectos inmediatamente. La respuesta mayoritaria: NO.
Este hecho, en vez de esgrimirse como claro y
perfecto ejemplo del más puro ejercicio de la democracia (La voz del pueblo en la Voz de Dios), es otra clara demostración de
que la demagogia es el peor de los males/lacras de los gobiernos, por cuanto,
con respeto pero francamente, tal prohibición nos coloca como país del quinto
mundo. ¿Por qué? Por cuanto, por más impresentable que sean la mayoría de los
actuales congresistas, los cuales, no lo olvidemos, fueron elegidos por los
peruanos dejando así patente, una vez más, nuestra irracionalidad/estupidez; al
ser innegable que los hay valiosos, es irracional privarnos de su presencia en
el Congreso.
Además y para peor:
¿En cuántos países de
la tierra está proscrita la reelección inmediata de congresistas o
parlamentarios en general?
Ahora, mucho más amenazante que el desbordado
y pavoroso clima que viene destrozando el país de cabo a rabo, apareció en el
horizonte otra atroz amenaza revelada por las encuestas: La popularidad presidencial entró
en caída libre.
¿Habrá que convocar
un referéndum para prohibir, por ejemplo, que los varones miren a las damas?