AGRICULTURA: INVENTANDO FANTASMAS
(Piura, 16 mayo 2018)
Luis Gulman Checa
Gran sorpresa me causó el día de ayer la
primera plana de “El Tiempo” (mis felicitaciones por no habérsela
regalado íntegramente a Paolo Guerrero) con una fotografía que, sospecho,
corresponde al reservorio de San Lorenzo en una etapa crítica, y el siguiente
titular:
50% del Alto Piura
podría perderse.
La sequía podría ocasionar daños en más de 13 mil 500
hectáreas destinadas a la actividad
agraria.
Habiéndome desempeñado, en mi calidad de
agrónomo antiguo y ganadero/agricultor, durante más de 40 años a partir de 1965
en el ubérrimo valle del Alto Piura, la referida información me dejó perplejo,
por cuanto, el presente año agrícola pinta formidable para lograr extraordinarias
productividades. Un ejemplo para
entender a qué me refiero: de no haber sucedido la desgraciada
desaparición del algodonero, estaríamos hablando de 30 quintales limpios o más
por hectárea.
Naturalmente, debemos tener presente que, así
como no es concebible la actividad agrícola en la zona de San Lorenzo sin la
existencia del reservorio, tampoco es ni siquiera imaginable realizar
agricultura en el Alto Piura sin extraer agua de su reservorio natural y
gratuito: el acuífero.
La diferencia entre ambos valles es, reitero
por enésima vez, que mientras en el primero el Estado construyó el reservorio
y, estúpidamente, regala el agua regulada; en el Alto Piura quien desee
servirse del reservorio natural, necesariamente, está obligado a realizar las siguientes
acciones con recursos propios:
·
Perforar
un pozo profundo.
·
Equiparlo.
·
Operar
y mantener el equipo permanentemente.
Confieso que, por razones/equívocos
personales, desde tiempo atrás estoy desligado del valle, por lo que desconozco
si la antigua red privada de pozos -sumadas las norias habrán sido más de mil - continúa
operando tal cual o, debido a la fatídica acción de JVA, se ha reducido al
mínimo.
Poniendo al burro por delante, en mi
caso operaba cinco pozos y ninguno fue heredado, (gracias Antonio Bosnjak, que
D.D.D.G.) por lo que siempre pude mantener estabulada la
ganadería lechera gracias a pastos cultivados de corte, regados,
obviamente, con agua extraída del freático; como también, se entiende, los
cultivos tanto permanentes como transitorios.
Así, en contraposición a la información
publicada en “El Tiempo”, antaño, los “años secos” como el actual en los
que los afluentes y el río Piura discurrieron (aún corre bajo el puente Ñácara), eran formidables para la agricultura
Sin embargo, la información comentada, con
foto del Ing. Mario Laberry, director regional de Agricultura, nos informa su
inaudita aseveración:
“Se va a declarar en emergencia
el Alto Piura, por ello se enviará un informe al Minagri”.
¡Pobre Perú! El ¿bendito? estado de
emergencia implica dejar de lado los mecanismos de control sobre las adquisiciones
y obras del Estado, es decir, abrirles la puerta a la sarta de pícaros, rateros
y sinvergüenzas que, desde tiempo atrás, han copado el aparato público.
¡DIOS NOS COJA CONFESADOS!