AGRICULTURA: NUDO GORDIANO
(Piura, 30 abril 2018)
Luis Gulman Checa
La edición de “Correo” de la víspera trajo
una entrevista a Bruno Fossa Villar, presidente de la Junta de Usuarios de San
Lorenzo, ratificatoria de lo complejidad inherente en solucionar el problema
que afecta a la Colonización.
Sin duda sustentando el clamor de los colonos
para que el Estado vuelva a construir la Colonización, aduce que la misma ya
cumplió 60 años de vida útil. Sin embargo, una respuesta clara, directa e inobjetable
a tal argumento sería recordar que tantos o más años llevan sobre sí el
Edificio España, la Unidad Vecinal y/o el Hospital Obrero, mostrando, a la
fecha, perfecto estado.
La afirmación de que la Junta de Usuarios de
San Lorenzo ha presentado fichas (ideas, embriones, montos de inversión
referenciales) por 502 millones de soles al ministerio de Agricultura,
confirma lo afirmado líneas arriba: que el Perú y los peruanos tendríamos que
volver a construir la Colonización que en sus inicios fuera considerada modelo mundial.
¿Habrá en la tierra un solo país
auténtico que desarrolle una obra fabulosa de infraestructura de riego
y ampliación de frontera agrícola que, una vez puesta en funcionamiento, la
tire y abandone olvidando la elemental tarea del mantenimiento, esencial para
su conservación?
¿Por qué la Unidad Vecinal está enhiesta y
con innumerables años de vida útil por delante? Por la simple razón que los
beneficiarios se preocuparon, desde el primer día hasta la fecha, de cuidarla y
mantenerla por cuanto siempre la consideraron como suya.
Como no vale criticar/oponerse sin proponer
soluciones, acá va una que no tiene nada del otro mundo, siendo un vulgar calco
de lo que se ha hecho con las carreteras:
Convocar una
Licitación Pública Internacional para ceder en Concesión por 100 años la
Rehabilitación, Operación y Mantenimiento de la infraestrutura de la
Colonización San Lorenzo.
Obvia, natural y lógicamente, así como del
cuero salen las correas, el operador que se haga de la buena pro se
financiará con los ingresos provenientes de la tarifa que deberán pagar los
agricultores por el agua que utilicen para el riego, tan igual como pagan la
energía eléctrica y/o el agua potable que consumen en sus respectivos
domicilios. (*)
(*) Me refiero a la gran
mayoría que no vive en la Colonización.