EL ASCO DEL SEÑOR PRESIDENTE
(Piura, 13 mayo 2018)
Luis Gulman Checa
Gratificante y esperanzador para el pueblo
peruano saber que el flamante presidente de la República, Martín Vizcarra, se
sintió invadido por el asco y la repulsión cuando vio los vídeos
grabados por el congresista Moisés Mamani los que, sin duda, precipitaron la
renuncia de PPK a la presidencia.
Obviamente, tal reacción se debió a la
constatación de cómo se comercializaban las obras públicas,
con el consabido porcentaje para los bolsillos de funcionarios corruptos; a cambio de votos en
el Congreso.
Sin embargo, yendo al fondo del asunto,
deberíamos preguntarnos si esta clase de conjuras, cohechos y/o robos descarados
son consecuencia de una reciente putrefacción, casi generalizada, del aparato
público; o han sido la constante compañera del Perú a lo largo de la historia.
Así, me remonto décadas atrás, cuando se
consolidó la Coalición APRA - UNO, en 1963, como oposición parlamentaria al
gobierno de FBT, a quien, reconociéndole sus atributos de honradez, hay que
achacarle que llegó a la presidencia impulsado por un golpe de Estado que él
aplaudió. En ese contexto, planteémonos la siguiente reflexión:
Si en aquellos días,
cuando se fraguaba la coalición, hubiera existido un émulo de Vladimiro
Montesinos disponiendo de la tecnología actual y - así como él guardó para la historia su reunión con el congresista Kouri cuando lo
compró, cual futbolista, para cambiar de equipo en el Congreso - hubiera grabado
todas las reuniones/conversaciones entre los mandamases de ambos partidos, ¿qué
habríamos oído?
Entonces, ante tamaña afirmación presidencial
ratificando que él jamás de los jamases se prestaría a realizar componendas
bajo la mesa, podemos respirar tranquilos porque no será un títere de
Keiko y su recua, conduciéndose en el desempeño de la enorme responsabilidad
que cayó sobre sus hombros - ante la defección de su antaño socio y compañero,
PPK - teniendo por delante, única y exclusivamente, la defensa de los sagrados
e inviolables intereses del país y los peruanos mas no apetitos bastardos e
incalificables de personas sedientas por tomar el poder.
Además, estando nuestro mandatario advertido de que el enemigo a combatir es la
corrupción, lógicamente, desde que asumió el cargo habrá estado con ojos, oídos y olfato atentos y
desplegados para no perpetrar el error de sus antecesores, incluido su
reemplazado PPK: encargar puestos de confianza a amigotes pasando por alto su
condición de pícaros, sinvergüenzas y/o ineptos.
Finalmente, recordando los hechos acaecidos en nuestro asolado país
durante los últimos años, considero que debemos continuar desconfiando - mientras
no quede plenamente demostrado que la corrupción fue erradicada - hasta
de nuestra propia sombra, lo que me lleva a poner en duda lo afirmado
por el presidente por aquello que se refiere a la mujer del César:
Tuvo que rogarle,
casi de rodillas, por tres veces a
César Villanueva para que aceptara el cargo de Primer Ministro.
Sinceramente:
A otro perro con ese
hueso.