PLURALIDAD INFORMATIVA

(Piura, 28 mayo 2018)

Luis Gulman Checa

Reconfortante comprobar cómo un medio informativo,  el suplemento “Semana” de “El Tiempo”, abre sus páginas promoviendo la confrontación de ideas, lo cual, como es sabido, es fundamental para hallar la verdad, pues la luz aparece luego del diálogo sensato e inteligente entre personas de buena fe.

Así, la “MIRADA DE LA SEMANA”, abriendo el suplemento, es una diatriba contra todos quienes han convertido el mar en una verdadera letrina, precisando, con lujo de detalles, cómo y con qué, el hombre - que de tal  cada vez tiene menos pasando a convertirse en bestia - lo viene contaminando desde tiempo atrás. Prefiero abstenerme de precisar los comprobados casos que menciona para evitar producirle arcadas a usted, estimado lector.

El editorial abre con un agudo sarcasmo:

Mientras los pescadores del litoral norte celebraban esta semana la derogatoria de cinco decretos leyes para la exploración y explotación petrolera en el mar de Grau…… , precisando a continuación todas las porquerías que la “bestia” (¿estarán incluidos los pescadores?) arroja a sus entrañas.

La nota pone todos los puntos sobre las íes al precisar, también, la brutal contaminación de la  antaño límpida y cristalina bahía de Paita por el criminal y salvaje arrojo tanto de aguas servidas como de la sanguaza que tiran la gran cantidad de plantas procesadoras afincadas en su entorno.

Confirmando el título, en la página 12 del suplemento aparece el artículo titulado GANÓ EL MAR DE GRAU, de autoría, cómo no, de Margarita Rosa Vega, alabando y loando la decisión del formidable/impecable/autónomo señor presidente de la República, Martín Vizcarra, por la derogatoria de los INFAMES decretos suscritos por el IMPRESENTABLE PPK, instantes antes de renunciar.

Reflexionemos:

·         ¿Cuántos informes ha publicado MRV en Semana denunciando  a los insensibles, abusivos  y criminales contaminadores de la bahía arrojando sus pútridos desecho al glorioso mar de Grau?

·         ¿Nunca se le ocurrió, a la susodicha - permanente e incorruptible guardiana de la pureza del medio ambiente - pasar  un domingo de verano en alguna de nuestras playas?  En tal caso,  hubiera constatado que, al declinar el sol y desaparecer los visitantes, la playa aparecía más sucia de lo que deben haber quedado los campos asolados por las huestes del bárbaro Atila.

·         ¿Por qué se lanza, con uñas y dientes, a luchar contra una disposición que, a todas luces, busca mejorar la economía del Estado - que está maltrecha y necesitada como  lo demuestran los últimos decretos metiéndole la mano al bolsillo a todos los peruanos -, con el argumento de que quizá, probable y/o eventualmente, podría generar algún vertimiento de petróleo al mar tal y como si éste no estuviera ya, irreversiblemente,  contaminado, cuando, paralelamente, reitero, calla en cinco idiomas ante el arrojo de sanguaza?

Respóndase usted, estimado lector.