PERÚ: PAÍS DE MEDIAS TINTAS

(Piura, 18 mayo 2018)

Luis Gulman Checa

El Congreso aprobó, en primera votación,  que los abusadores de personas menores de 14 años, no solo recibirán cadena perpetua sino que, además, serán castrados químicamente.

Estimado lector, ¿qué interrogantes le vienen a la mente al enterarse de tal decisión de los “padres” y “madres” de la patria? Al suscrito, las siguientes:

·         ¿Cuál sería la pena si, el abusado, tiene 14 años más dos meses?

·         Si el abusador morirá en prisión, ¿para qué gastar en castrarlo si  solo podría violentar  la pared?

·         Por qué optaron por la castración química, cuando, si de todas maneras quedará fuera de circulación para los fines concernidos, podrían haber optado por la simple, pura y llana cortada de cojones (igualito como capar toretes), que solo requiere aplicar sal en la herida para que cicatrice sin problemas.

·         ¿Acaso no debieron considerar que la, mediatizada, castración acordada, se llevara a cabo públicamente los domingos al medio día en la plaza principal de la ciudad, ayudando así a minimizar el número de futuros violadores?

·         Finalmente, siendo un país mayoritariamente católico, ¿acaso, para el caso de todos los violadores, no debería considerarse restituir los métodos puestos en práctica por la Santa Inquisición, institución de la cual podrá decirse muchas cosas menos que andaba por las ramas y/o era dada a las medias tintas.

Reiteraré una reflexión:

Si usted, estimado lector, fuera un magistrado a cuyo despacho llegara  un reo acusado de haber disparado 16 tiros (cacerina completa) en el pecho de un maldito h… de p…
que  había violado, incluido contra natura, a su hijita de ocho añitos, ¿lo enviaría a prisión o, por lo contrario, le daría un diploma con medalla de oro incluida por haberle hecho un enorme servicio a la sociedad.