¿IRRACIONALIDAD O RESENTIMIENTO CONGÉNITO?
(Piura, 01 mayo 2018)
Luis Gulman Checa
Desconcierto, pena y frustración inundaron mi
espíritu, luego de leer en la última edición de “Semana” de “El Tiempo” el
artículo titulado LOS CONTRATOS DE
PERUPETRO.
Coherente con
su línea, engrandece, eleva a los altares y casi hermana con el Gran
Almirante, a los pescadores por defender la pureza de nuestro pródigo mar, en
una gesta equiparable, digo yo, a la del inmolado marino defendiendo la patria
de los apetitos del hambriento/envidioso ¿hermano? del sur.
Así también los pescadores de hogaño, cual
héroes dispuestos a dar la vida defendiendo nuestro mar, se plantaron exigiendo
la inmediata derogación de los decretos nefastos, vende patria y obviamente
hijos de la putrefacta corrupción que nos asola, suscritos por el abominable expresidente, PPK, instantes antes
de abandonar el poder, secretamente y sin que funcionario alguno hubiera sabido
o participado de tan asquerosa entrega de nuestra riqueza petrolera a favor de una empresa irlandesa, la que, está
más claro que el agua, debe haber incrementado considerablemente la fortuna del
ex con un monto cuantioso de asqueroso dinero.
La prueba máxima de la tremenda felonía y
desfachatez de PPK, está en que en ningún océano de la tierra se ha osado ni
siquiera explorar la existencia de petróleo, ni, obviamente, menos aún extraerlo
por cuanto ello pondría en peligro - como lo han sostenido nuestros probos y
doctos pescadores - la riqueza ictiológica marina, sustento fundamental de la
humanidad.
Ratificando su férrea postura oponiéndose a
cuanta propuesta de inversión - fundamental para generar desarrollo -
se asoma en el horizonte, nos hizo recordar su fenomenal y exitosa lucha
desplegada 20 años atrás, cuando el dictador, asesino y fraudulentamente
indultado Alberto Fujimori por el innombrable PPK, emitió un ominoso Decreto
Supremo:
Autorizar a Manhattan
Minerals Corp. a adquirir de Minero Perú, diez derechos mineros ubicados en
Tambogrande.
Gracias a la expulsión de tan proterva
empresa minera, que pretendía expoliarnos sin importarle un comino que su
acción destruiría nuestra formidable, maravillosa, pródiga y boyante actividad
agrícola, reconocida en el mundo entero por el fenomenal volumen de productos exportados
de envidiable calidad; el día de hoy, la Colonización San Lorenzo, como bien
acaba de reiterarlo su máximo dirigente en una entrevista concedida al diario “Correo”,
es un emporio maravilloso que ha posibilitado que, a los colonos, literalmente,
se les caiga el dinero de sus repletos y rebosantes bolsillos.
Sin embargo, curiosamente, no recuerdo haber
leído ni una palabra dirigida contra la brutal, ilegal y contaminante MINERÍA ILEGAL desatada en las alturas
de las cuencas, esa sí contaminando ambos reservorios. San Lorenzo y Poechos,
cuya partida de nacimiento se firmó luego de echar a Manhattan.
Me pregunto:
¿Cómo diablos, un ser
m/m racional y coherente, pudo tirarse con uñas y dientes contra una empresa
formal y, paralelamente, guardar silencio en siete idiomas contra los
delincuentes mineros informales y contaminadores poniendo en riesgo el futuro de nuestra “formidable”
agricultura?
Pregunta final:
El Directorio del
diario, con su presidente a la cabeza, ¿compartirá estas incalificables
opiniones vertidas en el medio o ni siquiera lo leen?